El primero de los “Elfos Oscuros”. Tras Svártalfaheim, la carta creada por Dabla, había mucho interés por conocer cómo serían los personajes contenidos bajo el auspicio de su clave. Y es que todos tenemos en mente Asgard como uno de los mejores y más jugados panteones del juego. Por lo tanto, toda nueva información aumenta, más si cabe, la expectativa acerca de cuál será el tipo de estrategia a seguir.
Nos encanta este personaje. Para empezar, podremos incluir dos copias de la misma, lo que como veremos después, tendrá una importancia capital. Por números y clave, tenemos un calco de Frigg, pero ésta era Diosa. Es decir, que cuenta con cinco de Poder Máximo, algo que agradeceremos cuando queramos equiparla con invocaciones y que pueda seguir teniendo suficientes puntos de poder al final del turno para que pueda pagar el coste de asignación a Enfrentamiento turno sí, turno también.
Y es que su maravillosa habilidad de Enfrentamiento permite, si tienes presencia en el mismo con dos personajes nórdicos, un requerimiento para el que ella misma cuenta, añadir a nuestro panteón dos puntos de poder. De ahí que pudiendo llevar dos copias y, en el caso de tener ambas en el Enfrentamiento, serán cuatro los puntos de poder por turno si logramos cantar ambas habilidades.
Contando en la Era II con cartas como Amuleto de Brokkr, será fácil engarzar varios turnos seguidos una ganancia sostenida que puede servir a diferentes intereses. Por un lado, alimentar la presión sobre el rival evitando el desgaste continuo de sacar personajes y recursos desde los oráculos en una estrategia militar, algo que es muy de agradecer. Y por otro, enfocando la baraja a ganar por Dios de Dioses, nos ayuda a llegar a esos maravillosos treinta puntos de poder sobre el panteón al final del turno.
La parte de control puede ser completada por cartas como Cementerio y similares dentro de una estrategia marcada por un panteón nórdico, cartas que nos den tiempo en forma de turnos para llegar a desplegar la total funcionalidad de nuestro mazo, asemejándose a lo que fue Yama Uba.
De cualquier manera, son especulaciones que tendrán que refrendarse cuando tengamos en nuestro poder el elenco de cartas contenidas en Era divina.
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